¡OH! ¡BRASIL!

Brasil es un país impresionante por su poder económico y su riqueza geográfica, pero más aún por sus casi 200 millones de habitantes, quienes trabajan y viven a gusto en un país que lo sienten realmente suyo.  

Tuve  la oportunidad de pasar 15 días en el país más grande y primera potencia de América Latina. Visité Florianópolis y sus alrededores, Rio de Janeiro y Sao Paulo, los cuales recorrí en avión, bus, auto y caminando donde compartí con mucha gente.  Ahí observé que en todos lados hay un común denominador que es la actitud del brasileño:  Siempre alegre, positivo, con ganas de trabajar, buena voluntad, no se queja y de todo hace una fiesta.   Recuerdo que en un recorrido el bus se dañó, tuvimos que caminar 5 kilómetros, y cuando llegamos a la siguiente parada de bus empezó a llover. De repente, toda la gente que no se conocía se puso a cantar y las horas de espera se hicieron menos pesadas. Y es que, el brasileño es feliz de estar en su país… Ama su producto nacional, su tierra, su música, su comida…  Es orgulloso de su identidad y cultura... De ser brasileño. 

Brasil es un país donde sus habitantes son las mentes y las manos que hacen crecer y producir esos recursos que le dio la madre naturaleza. Lo políticos administran y los habitantes ejecutan. Siempre están desarrollando su industria y no piensan en querer ser norteamericanos, europeos, ni en cambiar su identidad.  Ellos son 100% brasileños y lo siente así de verdad, de corazón.   Además, todos trabajan por un solo fin, el cual es el desarrollo de su país y su industria.  Todos se ponen de acuerdo para que las cosas funcionen.  La población en lugar de criticar, ayuda con lo poco que pueda para que su país siga prosperando.

Solo para poner un ejemplo, comento sobre una de mis conversaciones con Alex, un taxista que tomé en Rio de Janeiro. El tema fue: ‘La inseguridad en Rio’.  Y es que pude notar que no había mendigos en las calles por las que transitamos, que la gente de las favelas no se encontraba amenazando a las personas y que, en general, la ciudad estaba protegida por la policía.  Entonces, Alex me contó que desde que los tanques entraron a las favelas hace casi 2 meses y se establecieron en el lugar, pudieron controlar la situación de la inseguridad en Rio.  Pero, lo más importante de lo que me dijo, fue que todo eso fue una labor conjunta entre gobierno, prefectura, alcaldía y ciudadanía.  Todos los entes que tienen alguna responsabilidad de lo que se constituye Rio de Janeiro se pusieron de acuerdo sin condiciones ni alineamientos políticos para el bien común de su ciudad.

¡Oh! ¡Brasil!… Por eso, las cosas funcionan ahí.  La población vela por los intereses de su territorio, de su país.  Los brasileños no piensan que su ‘hogar’ son únicamente su ciudad, su barrio, o las 4 paredes de su casa... Ellos piensan en ‘el todo’ como hogar. Todo Brasil es su hogar, y por esto han logrado ser la primera potencia Latinoamericana.

No importa cuán grande o pequeño sea un país, si su gente lo ama y lo produce como suyo puede llegar a ser muy exitoso.  Las cosas no se miden por el tamaño, sino por lo que se hace... Ahí se verán resultados de prosperidad.


Sao Paulo
Copacabana, Rio de Janeiro
Guarda do Embaú


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