LA MIGRACIÓN VIRTUAL

El fracaso económico mundial ha hecho que los países desarrollados limiten el flujo de personas a sus territorios.  Actualmente, Estados Unidos, Reino Unido y otros países europeos han instaurado nuevas políticas migratorias para reducir el número de extranjeros residentes en sus naciones porque ya no pueden ofrecer las mismas oportunidades laborables ni beneficios sociales.  Y es que estas naciones se han visto obligadas a imponerse nuevos presupuestos fiscales, los cuales han sido reducidos significativamente y que ahora deben manejar rigurosamente

Las nuevas medidas afectan directamente a los habitantes de esos países y de los países en vías de desarrollo, que estén viviendo en aquellas naciones y fuera de ellas, debido a que las políticas migratorias se aplican esencialmente al país y no a los individuos.  Es decir, que las personas que pertenecen al país que se le endureció la restricción migratoria, aunque viajen por turismo o un período de visita corta, tienen que pasar por el mismo proceso meticuloso, inquisidor, cuestionador y a veces hasta ofensivo que debe pasar una persona cuya intención sí es emigrar. 

Pero eso no es todo.  La decisión radical de frenar la inmigración a los países desarrollados va también a causar un impacto de inter-relación cultural en el mundo.  En otras palabras, afectará al proceso cultural y social entre los países desarrollados y en vías de desarrollo porque cada vez menos personas van a querer viajar a los países donde se hayan impuesto más condiciones migratorias.  Justamente en los actuales momentos, muchos ya dicen que “no vale la pena” porque el trámite es muy largo, costoso y solo quieren viajar por unos pocos días; por lo tanto, escogen otro lugar que no ponga tantos límites.  Así, con las leyes más estrictas, el turismo en esos países se verá reducido, menos personas irán a visitar a sus amigos y familiares, menos jóvenes se inscribirán en programas de estudios, y la gente de diferentes países compartirá menos sus culturas de forma directa, frente a frente. 

Cabe recalcar que supuestamente vivimos en un mundo ‘globalizado’ donde ya no deben existir barreras entre países o/y culturas y todos debemos convertirnos en ‘global villages', esto es en ‘aldeas globales’.  Afortunadamente, por medio de las nuevas tecnologías de comunicación se han creado las comunidades virtuales, las cuales evidencian esa necesidad de la relación intercultural sin límites.  Ahí no importa la raza, país, estatus… En ese espacio “todos hablan el mismo idioma”. 

Entonces, es paradójico observar que mientras, por un lado, las personas desarrollan esa necesidad de relacionarse con personas de otras culturas a través de la plataforma flexible de la redes tecnológicas; por otro lado, las autoridades que dirigen un país limitan esa relación intercultural cerrando fronteras a los habitantes de muchos países sin diferenciación individual en la era de un supuesto mundo ‘globalizado’.

Cada nación tiene el derecho soberano de decidir sobre su territorio, pero creo que la solución al problema migratorio no está en la radicalización de los requisitos ni medidas restrictivas.  Si bien es cierto que los países desarrollados deben tener medidas regulatorias para frenar la inmigración masiva e indeseable, es el deber de los países en vías de desarrollo contribuir eficazmente para impedir la inmigración ilegal.

No obstante, lo preocupante aquí es que las supuestas soluciones generen otros problemas.  Éstas afectan elementos importantes de la sociedad como la oportunidad de la experiencia personal de la relación intercultural.  Muchos hemos tenido la oportunidad de vivir esa experiencia inolvidable, lo que nos permitió reflexionar que la perspectiva de vida y visión de mundo cambian cuando uno se relaciona con personas de diferentes culturas.

Solo para poner un ejemplo, recuerdo haber leído mucho sobre la historia de los conflictos del Medio Oriente, pero no fue igual leer la historia que escuchar las anécdotas contadas por los protagonistas -compañeros/amigos/colegas. Historias que solo ellos podían contar porque lo vivieron y eso no está escrito en los libros.  Además, uno comparte situaciones, intercambia pensamientos y comportamientos que son de mucha ayuda para el desarrollo personal.

Y es que compartir esas experiencias interculturales lo hacen aprender al uno del otro y viceversa, aprender otras costumbres que pueden ser muy útiles, pero lo más importante es que se adquiere una apertura de mente en cuanto a entender al ser humano y el planeta.  Se llega a comprender que todas los seres humanos y culturas tienen algo en común, independiente de donde provengan, porque el  ‘Ser’ es Universal.  Con esta experiencia, la persona se vuelve lo que se llama “un ciudadano de mundo”.  Y este es el punto de mi artículo.

Con las nuevas medidas migratorias, se reducen las posibilidades de que se formen "ciudadanos de mundo" porque las oportunidades para relacionarse en directo, cara a cara, entre habitantes de los países desarrollados y en vías de desarrollo están restringidas a todos los condicionamientos para lograr entrar y permanecer en territorio extranjero.  Los aspirantes que buscan tener esa experiencia intercultural se verán obligados a entrar en un proceso, tenso, pesado, a veces injusto, que muchos no estarán dispuestos a afrontar.  De ahí, lo más probable será que solo decidan cruzar la frontera de la comunidad virtual, mientras esperan la recuperación del fracaso económico mundial y de las supuestas ‘aldeas globales’.

Comments

Popular posts from this blog

THE EYES OF THE WORLD’S MEDIA IN LATIN AMERICA

INVESTIGAR: EL LABERINTO DEL TERROR EN ECUADOR

¡OH! ¡BRASIL!